La costa norte de Galicia es un paraíso natural que sorprende por su belleza salvaje y su inigualable sabor a mar. Abrazada por el Océano Atlántico, esta zona del país está rodeada por acantilados escarpados, playas de ensueño, pueblos con encanto y una gastronomía que hará las delicias de los paladares más exigentes.
Una de las visitas imprescindibles es el cabo Ortegal, el punto más septentrional de Galicia y lugar donde se juntan las aguas del Atlántico y el Golfo de Vizcaya. Desde allí, se tiene una vista impresionante de la costa y se pueden contemplar los acantilados más altos de España.
Otro lugar mágico es la playa de las Catedrales, un monumento natural formado por acantilados, arcadas y cuevas. Es impresionante ver cómo las olas del mar van moldeando el paisaje para crear esta maravilla natural. Hay que tener en cuenta que la entrada es gratuita, pero es necesario reservar cita previa para visitarla.
En cualquier ruta por la Costa de la Muerte no puede faltar la visita a la villa marinera de Camariñas, conocida por su encaje de bolillos y su delicioso marisco. Otro pueblo con encanto es Ortigueira, famoso por su festival de música celta que se celebra todos los años en julio. Además, en esta zona también encontraremos pueblos con un importante pasado histórico como Viveiro o Ribadeo, cuyos cascos históricos conservan numerosos monumentos y edificios de gran interés.
Por último, no podemos olvidarnos de la gastronomía gallega, que es uno de los mayores atractivos de la zona. La costa norte está enriquecida por los productos del mar, como el percebe, la langosta, el pulpo o el marisco en general, que son auténticas joyas gastronómicas. Sin olvidarnos del vino, ya que la Ribeira Sacra es una de las regiones vinícolas con más tradición y calidad de toda Galicia.
En resumen, la costa norte de Galicia es un destino turístico perfecto para los amantes de la naturaleza, la historia, la cultura y, por supuesto, la buena gastronomía. Cada rincón es una sorpresa y un descubrimiento, y es imposible no dejarse enamorar por sus paisajes, su gente y su rica cultura.