Si alguna vez has visitado Irlanda, es probable que hayas oído hablar de la piedra de Blarney. Esta misteriosa roca de color gris está ubicada en el castillo de Blarney, al sur del país, y se dice que tiene el poder de conceder habilidades de persuasión y elocuencia a aquellos que se besan.
El origen de la piedra de Blarney es difícil de rastrear, pero la leyenda cuenta que fue traída a Irlanda desde Escocia en el siglo XV. Según una versión de la historia, Cormac Laidir MacCarthy, el Señor de Blarney en ese momento, recibió un mensaje del rey escocés pidiéndole ayuda en una batalla. MacCarthy envió tropas para apoyar a los escoceses y, en agradecimiento, el rey le obsequió la piedra de la fortaleza de Dunseverick.
Otra versión de la historia sugiere que la piedra de Blarney fue un regalo del rey Robert the Bruce de Escocia a Cormac MacCarthy como agradecimiento por su apoyo en la Batalla de Bannockburn en 1314.
Para besar la piedra de Blarney, los visitantes del castillo tienen que subir una escalera empinada hasta llegar a la cima del edificio. Allí, acostados boca abajo y sostenidos por un guía, deben inclinarse hacia atrás y besar la piedra, que cuelga de una abertura en la pared.
A pesar de que besar la piedra de Blarney parece una actividad algo arriesgada, miles de turistas la realizan cada año con la esperanza de adquirir sus poderes mágicos. Y aunque no hay ninguna prueba concluyente de que besar la piedra aumente la habilidad persuasiva de una persona, muchas personas afirman haber sentido una mejora en su capacidad para persuadir después de hacerlo.
En cualquier caso, la piedra de Blarney es considerada un icono de la cultura irlandesa y una atracción turística popular. Si tienes la oportunidad de visitar Irlanda, no pierdas la oportunidad de probar la suerte y besar la piedra para descubrir si realmente te concede un don especial de persuasión.